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Apple Watch. Uno más. Por Angel (opinión)

Mes y medio me costó convencerme a mí mismo dar el paso para comprar un Apple Watch, torpe, lento, así es como me sentí meses atrás mirando mi muñeca. Porque el Apple Watch, ni ningún smartwatch, son dispositivos de presente y mucho me temo que tampoco de futuro. Cada vez estoy más convencido de que los smartwaches no deberían haber existido jamás, son ese tipo de dispositivos que no tienen un uso único y que podríamos sustituir su uso por el de otro dispositivo más específico y de menor coste. 

Si quieres un dispositivo para monitorizar tu actividad física, qué mejor que una de las diferentes opciones con forma de pulsera o relojes específicos para este cometido que hay en el mercado, y muchas de estas opciones con un coste y rendimiento mucho más ajustados. 

¿Quieres un reloj? Un accesorio que ha pasado por siglos de historia es difícil de presentar, ya que lo hace por sí mismo.

Si lo que necesitas es tener tus notificaciones y aplicaciones favoritas a mano, disponer de ellas en cuestión de segundos y de manera fácil y rápida, lo tienes en tu bolsillo, sí, tu iPhone o smarphone.

No soy yo, somos todos, las ventas de los smartwatch demuestran la muerte de estos dispositivos, hasta el más popular de ellos, el Apple Watch, está sufriendo un descenso monumental. Y todavía seguimos sin tener cifras oficiales de las ventas del wearable de Apple…

IDC asegura que el Apple Watch sufrió una caída del 71.3% en ventas en comparación con 2015. Las ventas en general de este mercado cayeron un 51.6%.

Volviendo a mi Apple Watch, comprarlo fue un acto de fe, una vez realizado unos de mis unboxing más íntimos, reconozco que me entusiasmé, estaba como niño con zapatos nuevos luciendo un dispositivo de Apple en mi muñeca, ahora puedo decir que si no hubiera tenido el logro de la manzana mordida nunca lo hubiera comprado. Porque para mí no es un producto Apple, para mí el Apple Watch es cosa de futuro, perdón, del pasado.

Mi Apple Watch dio un salto de ser algo nuevo y con un camino muy grande por delante a ser el compañero de mis preservativos en el cajón de la mesita de noche.

Porque el Apple Watch, y todos los smartwatch, no sirven para nada, nació muerto, las grandes compañías y nosotros mismos intentamos convencernos de todo lo contrario, pero en realidad seguimos llevando nuestro iPhone junto a nosotros, seguimos acudiendo a el cada minuto olvidando nuestra muñeca.

Me considero un consumista de primera línea, pero hoy le he ganado la partida al consumismo, hoy puedo decir “no quiero un Apple Watch”. Y espero con entusiasmo que Apple consiga taparme la boca con su Series 3, modelo del Apple Watch que seguramente veamos este año y que a opinión personal puede ser el comienzo o el fin del dispositivo.

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