¿El tamaño importa a la hora de escoger una cámara u otra? Ahora que el iPhone 6 es tan grande, ¿se puede considerar como una cámara de bolsillo para llevar a todos lados?. Esperemos que se genere un interesante debate a raíz de esta reflexión…
Para esta reflexión vamos a tomar como modelo la cámara Fujifilm X100S, es más pequeña que el más grande de los nuevos iPhone, incluso que el más pequeño. Parece que estamos yendo al pasado en el tema de los móviles y hacia delante en las cámaras en lo que respecta al tamaño. Los primeros teléfonos móviles eran enormes, ladrillos que abultaban en el bolsillo. Con el paso del tiempo se fueron haciendo cada vez más pequeños y los más caros eran los diminutos. Pero vino la marca de la manzana y cambió todo (en realidad fue Samsung quien comenzó a sacar teléfonos enormes). Respecto a las cámaras ocurre lo contrario en este momento de la historia. Anteriormente para ser considerada una cámara buena, tenía que ser enorme y pesada, casi voluptuosa con esas curvas que introdujo Colani en la Canon T90 pero ahora están sacando cámaras cada vez más pequeñas, que no te obligan a ir al fisioterapeuta cada dos por tres, y son mejores, en algunos casos, que los grandes monstruos de los fotoperiodistas deportivos.
El caso es que ahora comparan el tamaño de la X100s con el del iPhone 6 Plus, y si nos olvidamos del grosor, la cámara japonesa gana en esta competición (Fujifilm es marca de Japón). Hay quien dirá que el teléfono hace más cosas, y otros argumentarán que la Fuji tiene más calidad fotográfica. Y todos tendrán razón. Lo que pasa es que ya no está tan claro cuál es la verdadera cámara de bolsillo. Lo gracioso de toda esta historia es que no se les ha ocurrido comparar el smartphone con la Sony Rx100, por poner un ejemplo más equilibrado, pues la X100s no es una cámara de bolsillo en sentido estricto. En fin.
Sobre este tema habrá tantas opiniones como colores en el mundo. Desde nuestro punto de vista un teléfono inteligente hace buenas fotos, sin lugar a dudas, pero mientras no cambien el tamaño de los sensores nada podrá hacer con una cámara seria. Y sinceramente me da igual que sea más pequeño o que pese menos, pero si quiero calidad tanto a las doce del mediodía de un día de verano como en el interior del panteón de Agripa una noche de luna llena, tengo muy claro que es lo que me compraría si tuviera dinero ahora mismo en el bolsillo para darme un capricho.
Otra cosa es que quiera utilizar la cámara para hacer selfies, gatos y comidas, no tenga intención alguna de imprimir a grandes tamaños y me baste con ver las fotos que hago en la pantalla del ordenador. Por supuesto que se pueden hacer grandes cosas con la cámara de la manzana, pero su calidad técnica no basta para una buena copia en papel baritado a gran tamaño, un 50×60 cm, por ejemplo.
Prácticamente cuestan lo mismo y se pueden hacer muchísimas más cosas con el iPhone que con la cámara retro de Fuji, y desde el punto de vista fotográfico si el que dispara es bueno, ¿qué más da la herramienta?. Lo que sí está claro es que uno lo puedes llevar en el bolsillo del pantalón o de la falda, siempre y cuando no sean entallados, y la otra sólo la puedes llevar al hombro o en la bolsa.
Con el móvil puedes disparar y listo, y luego jugar con los filtros hasta encontrar el que más te gusta para lograr votos positivos. Con una cámara como la Fuji X100s puedes jugar con la velocidad de obturación, el diafragma, ajustar el histograma para luego revelar el RAW y volver a los viejos tiempos de la fotografía.
Realmente el tamaño no importa, y estamos ante dos maneras de entender el mundo de la imagen. ¿Cuál es mejor?. Ni idea.