Los juegos para móvil han evolucionado mucho, pero los controles táctiles siguen siendo un problema, especialmente en juegos que requieren precisión. El Backbone One de segunda generación llega como solución, transformando tu iPhone en una auténtica consola portátil. Lo hemos probado a fondo junto a un iPhone 16 Pro con USB-C para contarte lo mejor y lo peor de este mando.
Diseño y Botones: Un Acabado Premium con Mejoras Claves
El Backbone One 2nd Gen mantiene la estructura del modelo anterior, con un diseño en dos mitades conectadas por un brazo extensible que sujeta el móvil con firmeza. Disponible en negro o en la edición PlayStation en blanco, con los clásicos botones de círculo, cuadrado, triángulo y X.
Los botones han sido mejorados con un tacto más firme y un clic más satisfactorio, mientras que la cruceta es ahora más suave y precisa, ideal para juegos que dependen de movimientos rápidos. Los joysticks responden bien y se sienten muy similares a los de un mando de consola tradicional.
Conectividad: USB-C y Jack para una Mejor Experiencia
El Backbone One de segunda generación incluye un puerto USB-C para carga passthrough, permitiendo jugar mientras recargas tu dispositivo. Además, mantiene un conector jack de 3.5 mm, algo que se agradece para conectar auriculares con cable y reducir la latencia del sonido.
Uso con iPhone: La Experiencia Gaming que Necesitabas
Lo hemos probado con distintos juegos y el resultado es impresionante:
- Juegos de coches: En títulos como Real Racing, los gatillos permiten acelerar y frenar con precisión, mientras que el joystick hace que tomar curvas sea mucho más natural, sin necesidad de reposicionar los dedos constantemente como en los controles táctiles.
- Juegos de acción: Probado con Call of Duty, el control mejora mucho gracias a los joysticks que permiten moverse con precisión y a los botones que facilitan saltar, recargar o disparar rápidamente.
- Mundos abiertos: En juegos como Assassin’s Creed, desplazarse, trepar y saltar es mucho más intuitivo y fluido con el Backbone.
Un aspecto a tener en cuenta es que está pensado para juegos en horizontal, por lo que los que solo funcionan en vertical no son compatibles.
Backbone App y Suscripción: ¿Vale la Pena Backbone+?
El Backbone One funciona sin necesidad de configuraciones adicionales, pero si pulsamos el botón naranja del mando accedemos a la app de Backbone. Desde aquí podemos organizar nuestras apps de juegos en un solo lugar y ajustar configuraciones del mando.
Sin embargo, la suscripción Backbone+ cuesta $39.99 al año y ofrece funciones adicionales como chat de voz, capturas de video y descuentos en juegos. En nuestra opinión, no aporta lo suficiente como para justificar el precio.
Precio y Alternativas: ¿Es la Mejor Opción?
El Backbone One 2nd Gen no es barato, situándose en un rango de precio elevado. Existen alternativas como el Razer Kishi Ultra o el Scuf Nomad, que también ofrecen una experiencia similar a menor precio, aunque con algunos compromisos en calidad de construcción y ergonomía.
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Existen dos modelos del Backbone One de segunda generación, la versión de color negra que estamos probando que permite ser usada junto a los juegos de iOS y también con un PC y Xbox. La segunda versión es en color blanco que firma Playstation, y esa versión sustituye la opción de Xbox y PC por Playstation.
Conclusión: Lo Mejor y lo Peor del Backbone One 2nd Gen
✅ Lo mejor:
- Transformar tu iPhone en una consola portátil.
- Botones mejorados, joystick preciso y d-pad más fluido.
- Compatible con fundas, algo que mejora la comodidad.
- USB-C y jack de auriculares integrados.
❌ Lo peor:
- La suscripción Backbone+ es cara y poco útil.
- El botón de acceso directo a la suscripción es molesto y no se puede ocultar.
- Precio elevado frente a otras opciones.
Tras semanas de uso, la experiencia con el Backbone One ha sido excelente. Si eres un gamer móvil y buscas un control preciso, puede ser una gran inversión. Sin embargo, si solo juegas ocasionalmente, hay opciones más asequibles en el mercado.
